La cirugía de la nariz también conocida como rinoplastia es de una de las intervenciones de cirugía estética y reparadora más frecuente y al parecer más de moda. No suele pasar desapercibida. Es un tipo de intervención que tiene como objetivo la modificación de la forma de la nariz. A través de la misma, esta se puede aumentar, disminuir, cambiar su dorso, punta, hacer más grandes o más pequeños sus orificios o diferentes procedimientos relacionados. Además, también se encarga de la corrección de problemas respiratorios, congénitos y diferentes traumatismos.

Hoy en día, la conocida como rinoplastia moderna tiene sus pilares en un conocimiento profundo de la función y anatomía de la nariz. Hoy en día, también, no se entiende llevar a cabo este tipo de intervención sin realizarla de forma personalizada: se requiere, por tanto, de un estudio preoperatorio pormenorizado del paciente y de profesionales altamente cualificados. Se trata de llevar a cabo la cirugía estética o reparadora a medida.

Para orientarle debe saber qué preguntas debe realizar al especialista al que acude como:

  • ¿Cómo va a ser mi seguimiento tras la cirugía?
  • ¿Qué medicamento me darán o prescribirán tras la intervención?
  • ¿Tendré apósitos / vendajes después de la cirugía?
  • ¿Cuándo serán eliminados?
  • ¿Cuándo puedo reanudar la actividad normal y el ejercicio?
  • ¿Cuáles son los riesgos de la intervención?

 Todo paciente debe saber que, como en toda intervención, existen riesgos que se minimizan cuando se acude a profesionales cualificados. Hablamos de los riesgos de anestesia, infección, mala cicatrización o cicatrización de heridas, cambio en la sensación de la piel (entumecimiento o dolor), perforación del septo nasal (un agujero en el tabique nasal) que es anecdótico, respiración dificultosa, aspecto nasal insatisfactorio o posibilidad de cirugía de revisión. Pese a esta enumeración de posibles problemas, lo cierto es que los avances en cirugía estética y reparadora han logrado que la posibilidad de que se produzcan es mínima. La razón: los grandes avances quirúrgicos en este campo y la experiencia quirúrgica de los cirujanos.

 Existen varios tipos de rinoplastia 

  • Cerrada: se realiza a través de incisiones por dentro de la nariz por los orificios nasales.
  • Abierta: requiere una intervención “a cielo abierto” es decir, retirando la piel y tejidos superficiales de la nariz para poder intervenirla. Suele realizarse en los casos en los que la anatomía es más compleja y  en cirugía secundaria, es decir, el paciente  ha sido intervenido de una rinoplastia previa y  precisa un retoque o corrección.
  • Estética: son los casos en los que el paciente quiere operarse por motivos simplemente estéticos
  • Funcional: cuando el paciente no puede respirar correctamente
  • De disminución o  de aumento: el objetivo es cambiar el volumen de la nariz y armonizar sus proporciones respecto al resto de la cara.

Estos riesgos y otros serán discutidos completamente antes de su consentimiento. Es importante que responda todas sus preguntas directamente con su cirujano plástico.

Es importante saber que la rinoplastia se puede realizar con anestesia local o general, dependiendo del grado del procedimiento y otros factores. La intervención suele durar unas dos horas y al terminar  la cirugía se aplicará una férula para ayudar a que la nariz mantenga su nueva forma. También se pueden colocar rellenos nasales o férulas suaves de plástico en las fosas nasales para estabilizar el puente, el cual es la pared que divide a los pasajes respiratorios. Lo normal es padecer inflamación y  moratones alrededor de los ojos durante dos o tres días. No obstante, la mayoría de los pacientes sometidos a una rinoplastia, puede llevar una vida normal en uno o dos días.

Desde este espacio en la red, queremos recordar la importancia de consultar con cirujanos plásticos con experiencia antes de someterse a cualquier tipo de intervención.

 

 

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