Las orejas de soplillo, despegadas o prominentes suelen ser objeto de burla en la infancia, lo que puede repercutir en la autoestima y seguridad del paciente a lo largo de su vida. Y afecta al 5% de la población española. Sin embargo, existe la posibilidad de llevar a cabo la llamada otoplastia para corregir estos defectos estéticos. Normalmente es una cirugía que se lleva a cabo durante la infancia (normalmente a partir de los siete años), pero también puede practicarse en adultos.

¿Quién puede someterse a una otoplastia?

Los cirujanos plásticos y reparadores recomendamos a los padres que observen si su hijo o hija está desarrollando problemas debido a la estética de sus orejas y valoren la posibilidad de llevar a cabo la intervención siempre que el menor así lo desee. Es importante que comenten con un cirujano estético y reparador las expectativas de la intervención y se tenga una visión realista de los resultados que va a tener.

¿Cómo se lleva a cabo la otoplastia?

Es una intervención quirúrgica que se realiza en quirófano y que suele durar una hora. En pacientes adultos se realiza bajo anestesia local y sedación; en los niños se valora cada caso individualmente, siendo muchas veces necesaria una anestesia general. Para corregir tanto la forma como la posición de las orejas se realiza una incisión en la parte posterior de las mismas para que las cicatrices sean imperceptibles. A partir de esta incisión se remodela el cartílago, haciendo que se pliegue en los puntos adecuados y se reduzca la profundidad de la concha. Pero siempre con un claro objetivo: que el resultado sea lo más natural posible.

¿Cuándo se vuelve a la normalidad?

La mayoría de los pacientes, niños y adultos, se encuentran bien a las pocas horas de la cirugía, aunque puede ser recomendable permanecer una noche en la clínica hasta que desaparezcan los efectos de la anestesia general. Se coloca un vendaje alrededor de la cabeza. Pueden aparecer molestias los primeros días, pero se solventan con medicación. Para evitar la presión en los oídos se debe dormir de lado.

Pocos días después de la otoplastia, el cirujano retirará los vendajes. Una vez retirados se recomienda utilizar una cinta elástica por la noche durante cuatro semanas para evitar que la oreja se doble hacia delante. Algunos puntos de sutura se disuelven solos, otros deben ser retirados por el cirujano semanas después del procedimiento.

El primer mes tras la intervención debería evitarse actividades que puedan doblar las orejas. Lo normal es poder volver al trabajo en unos cinco días, y al colegio en una semana.

La cirugía de las orejas sin pasar por quirófano

Es una “intervención mínima” que sólo requiere de dos o tres puntos, que además no hay que extraer y son los necesarios para cerrar la pequeña incisión a realizar para introducir el implante. Dura unos 30 minutos y consiste colocar un microimplante mediante una incisión en el antihélix de la oreja. Este implante al liberarse realiza un efecto de sujeción del cartílago llevándolo hacia el cráneo, es decir, pegándolo hacia la cabeza. Se realiza con anestesia local. El problema es que no todos los pacientes son candidatos a este tipo de intervención.

Compártelo: