Es uno de los defectos congénitos más frecuentes y motivo de consulta a especialistas en Cirugía Plástica y Reparadora. En España, afecta a uno de cada 700-750 recién nacidos. El 25% de ellos padecen de paladar hendido, 25% de labio leporino y el 50% de ambos

El labio leporino y la hendidura en el paladar son orificios o hendiduras en el labio superior, en el techo de la boca (paladar) o en ambas partes. El labio leporino y la hendidura del paladar se producen cuando las estructuras faciales de un feto no se cierran por completo, algo que sucede a lo largo del tercer mes de gestación. Sabemos que los motivos por los que se producen residen en un 10% de los casos en factores hereditarios (el bebé tiene un padre o un abuelo que ha padecido el mismo problema), sin embargo el resto de causas se debe a factores ambientales, como el uso de tabaco o alcohol durante el embarazo, incluso el padecimiento de estrés. Afortunadamente, hay estudios que establecen medidas preventivas como el consumo de ácido fólico y vitamina A durante la gestación.

Además de que se trata de un problema que puede arrastrar un gran estigma, las consecuencias de estos defectos congénitos van desde dificultades respiratorias y problemas para comer, así como pérdida de la audición, retraso en el habla y el crecimiento, infecciones de oído o expulsión de leche por los orificios nasales.

Los padres con hijos afectados van a  requerir de la atención de un equipo multidisciplinar y de un cirujano estético y reparador con experiencia, dado que todas las hendiduras por muy pequeñas que sean deben ser cerradas.

¿Cuándo se someter a cirugía plástica al bebé?

Los especialistas coinciden en que la cirugía plástica y reparadora de labio leporino y del paladar hendido se debe realizar durante el primer año de vida. Por lo general, el primer defecto genético se suele intervenir entre los tres y seis meses de edad, mientras que la reparación del paladar hendido suele llevarse a cabo entre los nueve y 14 meses. Si existe fisura en la línea gingival, por lo general se repara cuando el niño cumple entre 8 y 10 años de edad. El equipo de cuidados craneofaciales determinará el tiempo más adecuado para la cirugía del paladar hendido. Todos los niños son diferentes: Los niños con labio leporino o paladar hendido con frecuencia necesitan de otras cirugías posteriores y tratamientos durante su crecimiento. Por ejemplo, pueden necesitar frenillos en la infancia.

¿Cómo es la cirugía del labio leporino?

Bajo anestesia general. El cirujano arreglará los tejidos y coserá el labio. Las suturas suelen ser muy pequeñas para que la cicatriz sea también ‘casi invisibles’. La mayoría de las suturas se absorberán en el tejido a medida que la cicatriz sane, de manera que no habrá que retirarlas después.

¿Cómo es la cirugía de la fisura palatina?

La técnica quirúrgica para la corrección de este defecto se denomina Uranorrafia (paladar duro) o Estafilorrafia (paladar blando). Si el defecto es muy grande, puede ser necesaria la realización de varias intervenciones. Estos procedimientos requieren de anestesia general.

 

Adultos jóvenes

A pesar del avance de las técnicas reconstructivas en los pacientes fisurados, muchos de ellos siguen insatisfechos al llegar a la edad adulta.  Principalmente les preocupa las cicatriciales residuales del labio, las alteraciones de la forma del “arco de cupido” y la disarmonía de la nariz. La forma del labio se puede mejorar mediante técnicas convencionales de cirugía plástica ( escisión directa, z-plastias, plastias V-Y), complementadas finalmente con técnicas de micropigmentación médica.

La rinoplastia del paciente fisurado adulto es un reto para el cirujano plástico especializado en rinoplastia. Se trata de narices ya reintervenidas, en las que las estructuras cartilaginosas y óseas presentan asimetrías y distorsiones que obligan al cirujano plástico al volcado de toda su experiencia y creatividad en cada caso. Un buen plan reconstructor en el adulto joven que incluya la mejora de la asimetría del labio, una rinoplastia adaptada a las peculiaridades de la forma y un balanceado del perfil facial (muchas veces mediante el uso de material propio del paciente) puede dar un giro de 180º al resultado estético final.

Aunque siempre habrá un espacio para la mejora, hay un momento en el que paciente y cirujano plástico han de pactar el final del tratamientos. Es humano el anhelo  de eliminar todo rastro de las intervenciones, pero llegado el momento en que las posibilidades de mejorar sean mínimas, el paciente, con el debido apoyo psicológico, ha de dar por cerrado el proceso.

 

Necesidad de equipos de cirujanos  experimentados

La corta edad de los menores que van a ser intervenidos requiere de la destreza y experiencia del equipo de cirujanos plásticos y reparadores. Es importante que confíe en su equipo médico, quien le explicará al detalle todos los procesos a seguir. En nuestra clínica gozamos de una amplia experiencia en este campo. No dude en consultarnos.

 

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